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En su obra “ Primeros principios de la instrucción” (2009), en las que presenta  su modelo metodológico, basado en la centralidad de la tarea. Esta teoría, considera que la instrucción debe utilizar una estrategia de enseñanza centrada en la tarea mediante una progresión de acciones  completas que vayan de lo simple a lo complejo. Merrill, estructura la secuencia de  aprendizaje en cuatro momentos:

 

1. Fase de activación: Pretende activar en el alumnado estructuras cognitivas relevantes, haciéndoles recordar, describir o demostrar conocimientos o experiencias previas significativas.  Se debe lograr que los estudiantes compartan sus experiencias anteriores entre si y fijen una estructura que permita organizar los nuevos conocimientos.

 

2. Fase de  Demostración: En este momento se debe proporcionar una ejemplificación ilustrativa de   aquello que se va a aprender, de qué clase es, cómo se hace y qué sucede en la ejecución. Deben darse explicaciones  que relacionen la demostración particular con aspectos generales de la habilidad propiciando discusiones entre los estudiantes en circunstancias de aprendizaje. La demostración debe observarse a través de los medios adecuados  según los contenidos a trabajar.

 

3. Fase de  Aplicación : En esta fase el alumnado  aplicará  la habilidad en consonancia a como se hace y qué sucede en la ejecución, proporcionando retroalimentación formativa y correctiva.
 Debe acompañarse de  entrenamiento, que se irá reduciendose gradualmente en su aplicación conforme se consiga el objetivo.

 

4. Fase de  integración: Los  nuevos conocimientos deben ser incorporados  a las estructuras cognitivas de los y las estudiantes, haciéndoles reflexionar, debatir o defenderlos, propiciando la colaboración y la crítica entre iguales.
Resulta fundamental lograr que los estudiantes creen, inventen, o exploren formas personales de utilizar su nuevo conocimiento o habilidad a través de la exposición  pública de lo aprendido.

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