Atender a la diversidad es algo más que adaptar los contenidos de nuestra materia a aquellas personas con diversidad funcional. El ser diversos, responde no solo a las diferentes capacidades que posee nuestro alumnado, sino también a la diferente forma de recibir la información, a la idoneidad de aprender de una u otra forma y del tipo de inteligencia que tengamos más o menos desarrollado.
El Visual Thinking se convierte en una herramienta idónea para adaptarse a todas esas realidades diversas permitiendo utilizar un código diferente al textual o al oral que aceptan una codificación sin intermediarios, que llegan mediante una ruta directa al cerebro de quien lo recibe.
En una aula diversa, como la que nos solemos encontrar, el visual thinking actúa de herramienta para la inclusión, porque, afortunadamente, el grado de comprensión de un mensaje visual llega a un mayor porcentaje del alumnado que cualquier explicación escrita o hablada por muy bueno que sea el escritor o el orador. Más aún, nuestras aulas están llenas de alumnado absolutamente visual. Las imágenes y la estimulación audiovisual les abruma desde que han nacido. Es por eso que resultaría incomprensible hablar empleando un código diferente al que manejan nuestros receptores si sabemos que las garantías de éxito, adaptándonos a dicho código, son mayores.
Echo de menos una mínima formación al profesorado en técnicas y herramientas para trabajar la Atención a la diversidad ya que, las más de las veces, se nos remite a la ‘’ Aplicación de lo propuesto por el equipo de orientación del centro’’. Es por ello que, el #Visualthinking, y tras haberlo utilizado durante tres curso seguidos con alumnado dentro del Espectro del autismo o TDAH, puedo decir que se ha convertido en mi herramienta principal para la atención a las personas , las capacidades y a las inteligencias diversas.