Si tuviéramos que definir qué es la Realidad Virtual, para alguien que prácticamente acaba de empezar a adentrarse en ella, resulta bastante complejo. Al menos, hacerlo de forma rotunda y utilizando los términos más adecuados.Es por eso que he optado por usar Google para encontrar una aproximación consensuada sobre qué podemos entender por esa realidad intangible.
Tras leer varias definiciones de páginas y autores dedicados a la divulgación tecnológica, me quedaría con una reformulación de todas estas, para afirmar que se trata de una “forma de vivir experiencias simuladas, creadas artificialmente a través de dispositivos ópticos y auditivos con las que podemos o no interactuar”.
El segundo interrogante que se nos plantea es si esta herramienta tiene aplicaciones pedagógicas o si podemos incluirla dentro de nuestro proceso de Enseñanza- aprendizaje. La respuesta es absolutamente rotunda: POR SUPUESTO, siempre y cuando estemos hablando de un proceso no tradicional. No porque no pueda adaptarse la Realidad Virtual a este tipo de enseñanza, sino porque en el momento en el que la RV entra en escena, el concepto tradicional se tambalea.
Si entendemos ese proceso de enseñanza de aprendizaje como algo intrínsecamente relacionado con la emoción, estamos conectando directamente con las corrientes Neuroeducativas que fusionan el aprendizaje con esa capacidad de conectar con las emociones. Qué útil sería poder llevar a nuestro alumnado a caminar por la orilla de los ríos de España en lugar de hacerlos memorizar, sin significatividad de ningún tipo, listas enormes. La creación de experiencias inmersivas, en primera persona, con la posibilidad de interactuar, sitúan a la RV en un plano importante a la hora de conectar con herramientas como la Taxonomía de Bloom, posibilitando escalar por cada uno de los niveles, hasta ofrecer incluso la posibilidad de que sea nuestro alumnado quien cree estas experiencias virtuales.
Con todo, la VR, por permitir la oportunidad de alcanzar un aprendizaje significativo, se convierte en una herramienta importante para la inclusión, siempre y cuando tengamos en cuenta las limitaciones que a nivel de ciertas patologías psicológicas presenta.
Por último, si tuviéramos que tener en cuenta las recomendaciones previas a su uso, aunque bien podríamos instar a su uso basado en el sentido común, creo que podríamos resumir todas las aportaciones que se hacen en la Infografía que se aporta en nuestra formación - www.allvreducaction.com - en que la Realidad Virtual y los componentes e instrumentos que entran en acción cuando la usamos, si bien suponen una herramienta clave para la gamificación, no debemos confundirla con un juguete.